MADRID, 9 Ene. (EUROPA PRESS) -
Científicos han pedido a la ONU designar un nuevo Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) con el fin de conservar y utilizar de forma sostenible la órbita de la Tierra y prevenir la acumulación de basura espacial.
En un artículo publicado en la revista 'One Earth', este grupo internacional de expertos en campos como la tecnología satelital y la contaminación plástica de los océanos propuso un ODS número 18, dedicado a la protección de la órbita de la Tierra.
El artículo fue coescrito por investigadores de la Universidad de Plymouth, Arribada Initiative, Spaceport Cornwall, Slingshot Aerospace Ltd y ZSL (Sociedad Zoológica de Londres), Anturus Ltd (todas en Reino Unido), la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) , la Universidad de Texas en Austin, la Universidad de Maine, el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (todas en Estados Unidos) y PBL Works. Se basa en un artículo publicado en 'Science' en marzo de 2023, en el que varios de los mismos científicos pidieron un tratado jurídicamente vinculante para garantizar que la órbita de la Tierra no se vea dañada irreparablemente por la futura expansión de la industria espacial mundial.
El estudio destaca que en la actualidad hay alrededor de 100 naciones involucradas en distintos niveles de actividad espacial y que desde la década de 1950 se han lanzado casi 20.000 satélites a la órbita de la Tierra. Estos satélites aportan inmensos beneficios a la sociedad, desde la monitorización de ecosistemas y el apoyo a las comunicaciones globales hasta la facilitación de servicios utilizados por miles de millones de personas en todo el planeta, como la televisión por satélite y los pagos con tarjetas bancarias sin contacto.
Sin embargo, una vez que llegan al final de su vida útil, los expertos señalan que los satélites abandonados, las etapas de lanzamiento y los fragmentos resultantes de explosiones o colisiones pueden acumularse como desechos orbitales. Esto aumenta la posibilidad de colisiones con satélites activos, lo que no solo afectaría a su capacidad de funcionamiento, sino que también provocaría un mayor aumento de los desechos. Si bien varias organizaciones han comenzado a reconocer la necesidad de tomar medidas para abordar este problema, los autores afirman que un ODS adicional podría generar el consenso mundial y los mecanismos de aplicación efectiva necesarios para abordar la cuestión.
Actualmente hay 17 ODS, adoptados por los miembros de la ONU en 2015 como un llamado universal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta para las generaciones futuras y garantizar que todas las personas disfruten de paz y prosperidad. Pero con un número cada vez mayor de satélites y otros objetos orbitando nuestro planeta, existe una creciente preocupación de que, sin alguna forma de consenso global, otro de los ambientes otrora prístinos de la Tierra corre el riesgo de ser modificado irrevocablemente.
Por ello, los autores creen que un nuevo ODS 18 podría inspirarse directamente en uno de los objetivos existentes (ODS 14: Vida submarina) y utilizar las lecciones aprendidas en la gestión de desechos marinos para prevenir otra crisis planetaria antes de que sea demasiado tarde. También destacan que complementaría los ODS existentes, que incluyen referencias a la tecnología espacial por su capacidad para apoyar una mejor comprensión de los problemas globales, pero no por su potencial para representar un problema futuro en sí mismo.
La doctora Imogen Napper, investigadora de la Universidad de Plymouth, dirigió el nuevo estudio financiado por la National Geographical Society. Según ella, "nunca ha sido más urgente proteger y conectar nuestros entornos naturales, desde el océano hasta la órbita terrestre. Ambos son vitales para la salud de nuestro planeta, pero cada vez se encuentran más amenazados por las presiones que ejercemos sobre ellos. Cada vez se reconoce más que los desechos marinos no conocen fronteras internacionales, y lo mismo se aplica a los desechos espaciales. Un acuerdo respaldado por la ONU sería un paso crucial para salvaguardar la órbita de la Tierra para el futuro".
La profesora Heather Koldewey, responsable de conservación de océanos y FAIRER de la ZSL, argumenta por su parte: "Al igual que la contaminación por plástico y el cambio climático, la basura espacial es un problema que trasciende las fronteras. Nuestros esfuerzos constantes por proteger el océano ponen de relieve la importancia de los acuerdos respaldados por las Naciones Unidas para gestionar esta crisis. Es fundamental que aprendamos de los desafíos y las soluciones para abordar los desechos marinos y actuemos ahora para proteger la órbita de nuestro planeta".
En esta línea, el doctor Thomas Dowling, profesor de Teledetección y Ciencias Geoespaciales en la Universidad de Auckland, agrega en un comunicado: "No hace mucho tiempo, se consideraba que nuestros océanos eran recursos infinitos que se podían saquear y sumideros infinitos para nuestros desechos. Ahora sabemos que esa visión era totalmente errónea: muchos entornos marinos son ahora tierras baldías yermas y se calcula que más de ocho millones de toneladas de desechos plásticos entran en el océano cada año. La órbita de la Tierra es un entorno finito similar al océano, y explotar sin sentido el entorno orbital es repetir los errores del pasado. Es hora de crear políticas para regular lo que ponemos en el espacio, y debemos asegurarnos de que los objetos que entran en órbita sean seguros, sostenibles y cumplan propósitos esenciales, o al menos importantes, para un número significativo de personas en todo el mundo".