Publicado 29/09/2021 02:10

ONU.- Una organización humanitaria yemení y su fundador, premio Nansen de ACNUR por su labor a favor de los desplazados

Archivo - Desplazados internos en el norte de Yemen
Archivo - Desplazados internos en el norte de Yemen - MOHAMMED AL-WAFI / XINHUA NEWS / CONTACTOPHOTO

La ONU destaca su "perseverancia, espíritu humanitario y compromiso" cuando "otros han abandonado"

MADRID, 29 Sep. (EUROPA PRESS) -

La Asociación para el Desarrollo Humanitario Yil Albena y su fundador, el yemení Amin Jubran, han sido galardonados este miércoles con el premio Nansen para los Refugiados 2021, un reconocimiento otorgado por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Joung Ah Ghedini, portavoz de la agencia de la ONU, ha explicado en una rueda de prensa que el galardón ha sido otorgado a esta organización en forma de "reconocimiento por su trabajo para ayudar a los desplazados y las personas más vulnerables" en Yemen.

La asociación ofrece asistencia de emergencia a poblaciones desplazadas en el norte de Yemen, zona en la que se encuentran la mayoría de personas que se han visto obligadas a dejar sus hogares debido al conflicto armado.

Su fundador, de 37 años, es un yemení que tuvo que desplazarse en 2015 a causa de los enfrentamientos y estuvo a punto de perder la vida en 2018 durante un bombardeo cuando realizaba una serie de labores humanitarias. Según ACNUR, "su perseverancia, espíritu humanitario y compromiso con los desplazados" lo hacen "digno" de recibir este premio.

Jubran, que ha agradecido el premio, ha aprovechado la ocasión para recordar que unas 10.000 personas abandonaron junto a él la localidad en la que residía. "Mi experiencia como desplazado me impactó de forma positiva a la hora de tratar con otras personas que se encuentran en una situación similar. Me hizo más cercano y me permitió conocer sus necesidades", ha afirmado.

Sobre el premio, ha asegurado que el logro "no es individual sino colectivo" y ha alertado de que a medida que pasa el tiempo la situación humanitaria en Yemen se recrudece: "no hablaré de números y me centraré en las personas porque los yemeníes son personas y no números".

"La gente necesita esperanza, la economía del país ha colapsado y millones de personas no pueden permitirse comida, mandar a los niños a los colegios u obtener medicinas para los enfermos. (...) Son muchos los que han tenido que desplazarse y viven ahora en condiciones precarias lejos de casa", ha aseverado.

Así, ha lamentado que su propia familia ha tenido que "atravesar muchos obstáculos" dado que han tenido que desplazarse más de una vez y ha hecho hincapié en que la labor de la organización no deja de ser como "una gota en el mar". "Muchas personas aún esperan para recibir ayuda, esa es la parte más dura de nuestro trabajo", ha dicho.

En este sentido, ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para tomar todas las medidas necesarias para poner fin al conflicto y "abordar la situación humanitaria para que la población salga adelante". "Todo lo que puedo pedir es un futuro mejor para los yemeníes", ha señalado.

COOPERACIÓN CON LAS PARTES ENFRENTADAS

Sobre las hostilidades y la posibilidad de cooperar con las partes enfrentadas, ha asegurado que es necesario colaborar con las distintas facciones para lograr acceso a las poblaciones más vulnerables y poder así entregar la ayuda humanitaria. "Es difícil suplir estas lagunas, pero nos coordinamos con todas las partes por motivos humanitarios", ha matizado.

A la hora de invertir el dinero obtenido mediante donaciones, Jubran ha indicado que la organización, cuyo eslogan es "por los yemeníes para los yemeníes", se centra en identificar primero las necesidades para poner después en marcha los proyectos necesarios que permitan ayudar a un mayor número de desplazados.

No obstante, se ha mostrado optimista ante la posibilidad de que exista "una luz al final del túnel", si bien ha instado nuevamente a apoyar a Yemen "desde un punto de vista humanitario". "Es todo lo que deseo", ha recalcado.

"Creo que Yemen volverá a ser un lugar feliz conocido por sus recursos. (...) Pido que consideren la situación yemení únicamente desde una perspectiva humanitaria, sin connotaciones políticas. El pueblo yemení merece vivir, y merece vivir con dignidad", ha sostenido.

Por su parte, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, ha dado la enhorabuena a Jubran y su asociación y ha alabado su trabajo a la hora de ayudar a miles de personas atrapadas por un conflicto que comenzó hace seis años.

"Esta asociación ha hecho un trabajo extraordinario ayudando a los yemeníes, sus miembros han trabajado duro ante las mayores adversidades en un momento en que muchos se han ido", ha aplaudido.

Asimismo, ha detallado que su trabajo, realizado "con coraje", "va dirigido a yemeníes y está hecho por yemeníes". "Ese es el espíritu de su labor", ha apuntado antes de agradecer a Jubran y su equipo que "no se hayan rendido".

La organización da además trabajo a unas 4.000 familias locales, que se encuentran a menudo en peor situación que muchos desplazados internos. En este sentido, enseñan a la población a cultivar y producir 'jazaf', un material natural procedente de las palmeras.

La escalada de violencia en Yemen ha provocado un desplazamiento masivo de su población durante los últimos años, una situación que se ha ido agravando. Actualmente, la principal necesidad de los desplazados es el acceso a un refugio digno en el que permanecer a la espera de volver a sus hogares en algún momento.

Sin embargo, cerca de un cuarto de los cuatro millones de desplazados que existen en Yemen viven en casetas ubicadas en campos de refugiados no oficiales, en condiciones insalubres y en situación de vulnerabilidad.

El país se encuentra al borde de una hambruna a medida que la malnutrición sigue aumentando. La ONU calcula que miles de yemeníes se enfrentan a una fuerte inseguridad alimentaria.

Los rebeldes huthis controlan la capital yemení y gran parte del norte del país desde finales de 2014 tras alzarse en armas contra el Gobierno del presidente Abdo Rabbu Mansur Hadi, que cuenta con el apoyo militar saudí.

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