MADRID 28 Abr. (EUROPA PRESS) -
Al menos nueve presos de una cárcel cercana a la capital de Perú han perdido la vida en el marco de un motín que se habría iniciado por la supuesta falta de medicinas y por la polémica abierta por los indultos concedidos por el Gobierno para evitar contagios por coronavirus.
La protesta se originó en la prisión de Miguel Castro Castro, en San Juan de Lurigancho, poco después del mediodía del martes. Según el Instituto Nacional Penitenciario (INPE), los internos improvisaron armas y se subieron a los tejados de los pabellones para intentar facilitar una "fuga masiva".
Los funcionarios penitenciarios, auxiliados por un despliegue de dos centenares de policías, lograron contener el motín, que concluyó con la muerte de nueve reclusos. Además, también resultaron heridos otros dos presos, "así como 60 agentes penitenciarios y cinco efectivos policiales", según la nota del INPE.
El organismo ha reafirmado su compromiso de "mantener el orden" en todas las cárceles del país, "controlando los actos de violencia que vulneran la seguridad y afectan a la integridad y la vida de los internos y los servicios penitenciarios".
En este sentido, y aunque "entiende la preocupación de la población penitenciaria frente a un posible contagio del coronavirus", ha alegado que se están tomando medidas para prevenir estas infecciones, incluido el reparto de mascarillas y pruebas rápidas. Asimismo, ha apelado a la "convivencia pacífica" dentro de las cárceles en plena "emergencia nacional".
MILES DE INDULTOS
El Gobierno peruano ha aprobado este mes la concesión de indultos a presos de grupos vulnerables para protegerlos del coronavirus, en una medida de la que podrían beneficiarse unos 3.000 reclusos. Entre los posibles beneficiarios están madres con niños menores tres años, embarazadas, adultos mayores de 60 que no hayan cometido delitos graves e internos con penas menores a cuatro años.
El jefe del INPE, Gerson Villar, ha reconocido en declaraciones a América Televisión que "muchos internos" han expresado su malestar por esta batería de indultos, si bien ha querido recordar que "hay delitos muy graves que no han sido considerados".