MADRID, 14 (Notimérica)
La Embajada de Estados Unidos en La Habana ha abierto sus puertas este viernes después de 54 años, en un día "verdaderamente histórico" en el que, según ha subrayado el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, ni Estados Unidos ni Cuba tienen "nada que temer".
Guardias de la Marina vestidos con el uniforme de honor han izado la bandera de Estados Unidos en el mástil erigido en la explanada que preside la Sección de Intereses para elevar su rango, de una vez por todas, a Embajada.
La bandera ha llegado de las manos de los tres marines retirados que en 1961 tuvieron que arriarla ante la precipitada salida de Estados Unidos de la isla caribeña. Jim Tracy, Mike East y Larru Morris han completado hoy su misión.
"Promesa hecha, promesa cumplida", ha proclamado el jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, el maestro de una emocionante ceremonia a la que ha acompañado un soleado día en la capital cubana y la solemnidad de los grandes momentos.
"Durante más de medio siglo las relaciones entre Estados Unidos y Cuba han estado suspendidas por las políticas de la Guerra Fría. Si estamos aquí reunidos es porque nuestros líderes tomaron la valiente decisión de dejar de ser prisioneros de la historia", ha destacado.
"El camino del aislamiento mutuo y del distanciamiento que Estados Unidos y Cuba han estado recorriendo estos años ya no es el correcto y ha llegado el momento de que nos movamos en una dirección más prometedora", ha señalado.
Kerry ha abogado por que "estadounidenses y cubanos se encuentren como dos pueblos que ya no son enemigos, sino vecinos", recalcando el "beneplácito" de la Casa Blanca a "este nuevo comienzo" entre Washington y La Habana.
El secretario de Estado ha explicado que "la reapertura de embajadas es importante a dos niveles: para el entendimiento entre pueblos y entre gobiernos", subrayando que ayudará sobre todo al segundo nivel, el más complicado.
HORIZONTE INCIERTO
Kerry, sin embargo, se ha mostrado consciente de que la inauguración de las sedes diplomáticas --la cubana se abrió el pasado 20 de julio en Washington-- es solo el primer resultado del largo proceso de normalización de las relaciones bilaterales.
"El camino hacia unas relaciones normales es largo pero precisamente por ello tenemos que empezar en este mismo instante", ha esgrimido, apuntando ya a los temas que marcarán la agenda de contactos durante los próximos meses.
Así, ha señalado al bloqueo económico, comercial y financiero vigente desde 1960. "Ahora queda en manos del Congreso, pero su final es un paso que apoyamos (la Casa Blanca) con gran fuerza", ha reiterado, arrancando el aplauso de los asistentes.
Además, ha confiado en que los cubanos puedan disfrutar pronto de lo que ha llamado "una democracia genuina". "Los dos países tenemos mucho que aprender uno de otro, pero el futuro de los cubanos depende de los cubanos", ha matizado. "No hay nada que temer", ha zanjado.