TEGUCIGALPA, 8 Jul. (Reuters/EP) -
Compañeros de los ocho mineros que permanecen sepultados y sin localizar en la mina de oro de San Juan Arriba, en El Corpus (Honduras), no se dan por vencidos y continuarán la búsqueda que este lunes fue suspendida definitivamente por la Comisión Permanente de Contingencias de Honduras (COPECO).
El minero local Esteban Estrada, que estuvo trabajando con las autoridades en el rescate, dijo a periodistas que los trabajadores seguirán buscando los cuerpos. "Continuaremos con la búsqueda de los restos de nuestros compañeros (...) Dios nos va a proteger", afirmó.
Estas declaraciones fueron realizadas después de que la Comisión Permanente de Contingencias de Honduras decidiera este lunes cesar definitivamente la búsqueda de los 8 mineros que aún permanecen atrapados en la mina, por el alto riesgo que supondrían nuevos derrumbes y porque ya no hay ninguna esperanza de hallarlos vivos.
"Las operaciones de búsqueda y rescate han sido suspendidas definitivamente debido al peligro de nuevos derrumbes al interior de la mina, no podemos arriesgar más vidas", dijo el jefe del Comisionado Permanente de Contingencias (COPECO), Ulíses Alvarado.
Cuando ocurrió el derrumbe, el miércoles, 2 de julio, once mineros habían quedado atrapados pero tres fueron rescatados vivos el viernes.
Los socorristas habían logrado mantener comunicación desde el colapso de la mina con estos tres hombres a través de sonidos, pero nunca lograron contactarse con los ocho restantes.
En las agrestes montañas de esta región operan más de 50 explotaciones mineras artesanales en condiciones inseguras, en angostos túneles y estrechos y complicados laberintos, donde trabajan unos 3.000 obreros que en su mayoría son campesinos pobres.
El incidente, el peor y más letal en varias décadas en materia de explotación minera artesanal, abrió un debate en Honduras sobre la regulación de este tipo de minas y las condiciones ambientales y de seguridad que deben imperar.
Los mineros artesanales separan la broza que extraen utilizando mercurio y agua, lo que provoca contaminación en los ríos y quebradas de la zona.
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