Lima 20 Oct. (ANDINA) -
El estrés laboral se ha convertido en una preocupación significativa para la Generación Z (nacidos entre 1999 y 2010), particularmente en un contexto marcado por la inestabilidad política, económica y social. En América Latina, los jóvenes consideran que su salario no les permite tener una buena calidad de vida, reflejando una creciente ansiedad financiera.
En Perú, aunque no hay estadísticas específicas recientes, se observa una tendencia similar donde los jóvenes enfrentan desafíos laborales que exacerban su estrés y agotamiento. Este panorama resalta la necesidad urgente de abordar el bienestar emocional y mental de los trabajadores jóvenes.
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De acuerdo con la Encuesta de Expectativas de Empleo de ManpowerGroup, en Perú, el 84% de los empleadores cree que sus empleados de la Generación Z reciben apoyo para equilibrar su vida laboral y personal, así como su bienestar personal. La encuesta, en la que participaron 525 empleadores peruanos de nueve sectores económicos y de ocho regiones del país, resalta también que el 58% de ellos cree que sus trabajadores de la Gen Z se sienten estresados a diario.
Ante este desafío, los líderes de recursos humanos de las empresas vienen desarrollando estrategias laborales que permitan a sus colaboradores alcanzar un estilo de trabajo que priorice un balance entre la vida profesional y personal. Por ejemplo, el 88% de empleadores cree que este grupo de trabajadores dispone de la tecnología y las herramientas adecuadas para hacer bien su trabajo; así como el 83% considera que los jóvenes tienen las habilidades y la experiencia necesarias para el puesto que desempeñan.
Según ManpowerGroup, entre los beneficios negociados entre empleadores y colaboradores, el 37% de estos últimos solicitan más horarios flexibles, mientras que el 31% de trabajadores busca un mejor salario.
Por otro lado, entre las prioridades de los empleadores para fomentar la retención del talento, el 45% de las empresas vienen capacitando a sus directivos; 42% fomenta el equilibrio entre la vida laboral y personal; y el 41% ha actualizado sus herramientas tecnológicas para incrementar la productivdad.
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